Un viaje donde hemos recorrido y tratado cuestiones
tan importantes en la enseñanza de ELE como: la gamificación y el Flipped
Classroom, el enfoque comunicativo experiencial, la motivación en el aula, la
competencia digital y un largo etcétera. Todo ello, plagado de experiencias, comentarios, ideas y
aportaciones que han contribuido a reflexionar sobre el papel del profesor de
español en el aula y sobre la didáctica
misma de la enseñanza ELE.
Al igual que cuando viajas, aprendes. Observas y ves
cosas nuevas, el intercambio con otros profesores te hace crecer, reflexionar y
aprender. Un viaje donde aprender, colaborar y compartir han sido el objetivo
constante.
Del mismo modo que los marinos en sus respectivas
guardias, registraban los datos de lo acontecido, paso a relatar algunos
pensamientos y reflexiones que he ido
acumulando durante el curso, perdón, durante el viaje.
En primer lugar: ¡Cómo me alegro que os
hayáis lanzado a la aventura de crear esta MOOC!
Efectivamente, como Chema Rodríguez nos cuenta en su blog, ha sido un
proyecto innovador y necesario. La experiencia ha sido compartida con un gran
número de profesores, de forma gratuita, abierta y colaborativa. Creo
valioso decir que estas condiciones no solo fueron aceptadas, sino acogidas con
bastante entusiasmo.
Pienso que la estructura del curso ha sido muy acertada: cada mes un podcast
sobre un tema determinado con entrevistas a los expertos a modo de
introducción, un vídeo de desarrollo del tema, y unas actividades individuales
de comprensión y colaborativas de práctica. Y, además, un artículo de
profundización y bibliografía relevante.
La tarea final de creación de un blog como herramienta reflexiva, en mi
opinión muy pertinente, no viene sino a cerrar de la mejor manera estos siete
meses (bueno, yo diría ocho) de trabajo.
Este curso explora las ideas básicas detrás del
movimiento de Open Education, y la labor que el software social juega en él. En
mi opinión, el curso ha favorecido el desarrollo del Entorno Personal de
Aprendizaje (PLE) de cada participante, entregando la mayor parte de la
responsabilidad sobre el desarrollo del curso a cada uno de nosotros, aunque manteniendo
un referente común que de sentido al trabajo colectivo.
El curso para mí, ha sido un descubrimiento enorme y muchas veces me ha hecho tomar consciencia del momento en
el que me encuentro como profesora de ELE, de mis limitaciones y carencias. Y
es esa autoevaluación continua, la que me permite identificar herramientas adecuadas
a mi realidad particular, concentrándome en lo que más me interesa.
En este aspecto
destacaría el módulo dedicado a la integración
de la tecnología en la enseñanza y aprendizaje del español.
Confieso haber tenido miedo. ¡Hay tanto y el mundo de la tecnología es tan
rápido! He de reconocer que me he pasado la mayoría del módulo investigando
(generalmente con la boca abierta y los ojos como platos) y he realizado una
auténtica labor de detective para informarme y aprender sobre muchas herramientas tecnológicas de las que desconocía su
existencia y utilidad. De nuevo,
reflexionar: Reflexionar para tomar consciencia de nuestra competencia
digital personal y profesional y la de
nuestros alumnos; Reflexionar sobre la correcta utilización de las TIC en la
clase de ELE; Reflexionar sobre qué estrategias elegir
para que la integración sea efectiva…
Es aquí, donde más he aplicado el consejo de Fernando Trujillo que nos anima a no parar de
aprender. Yo añadiría el NO PARAR DE INTENTARLO. Cuestionar
constantemente nuestro trabajo y no tener miedo a realizar cambios.
Un viaje donde he aprendido a mirar un paisaje de
maneras diferentes, desde otros puntos de vista, evitando siempre la misma
perspectiva o la misma luz. Un claro ejemplo de ello,
es lo que hemos conseguido en el segundo módulo a través
de diferentes propuestas para trabajar con un recurso tan fuerte y enérgico
como la imagen, evitando el uso tradicional y restringido que ha
venido desempeñando en la clase de ELE.
Todos los módulos y cada uno de ellos, ha sido un
nuevo país, un nuevo paisaje que han completado y dado sentido a este viaje. Para
mí, esta experiencia ha sido muy satisfactoria. Ha sido un viaje, un
descubrimiento en muchas ocasiones, un crisol de diferentes ingredientes cargado
de experiencias, observaciones, lecturas, ideas y recursos. Como profesores,
debemos disponer un entorno que facilite el aprendizaje.
Antes una de las preguntas que escuchaba con frecuencia era: “¿Qué manual de ELE utilizas?” “¿Qué manual de ELE me recomiendas?”. Aunque ahora quizás la pregunta sería: “¿Qué plataforma virtual utilizas para tus clases?”.
Antes una de las preguntas que escuchaba con frecuencia era: “¿Qué manual de ELE utilizas?” “¿Qué manual de ELE me recomiendas?”. Aunque ahora quizás la pregunta sería: “¿Qué plataforma virtual utilizas para tus clases?”.
Detrás de este diálogo de búsqueda del
método pedagógico perfecto o de la herramienta o plataforma perfecta, no hay
que perder de vista que sencillamente, ambos
son instrumentos que nos van a ayudar a la hora de facilitar el aprendizaje. Si entendemos el aula como un entorno de
aprendizaje, entendemos que las TIC sirven para abrir
y expandir el aula. He de señalar también, que existen riesgos y que la
educación digital no es que los alumnos lleven su iPad a clase y que pongamos
un video de Youtube. No olvidemos la importancia de hacer un uso pedagógico de la tecnología y no un uso tecnológico de la pedagogía.
Nuestra tarea como docentes, consiste en definir
el entorno virtual en el que vamos a trabajar con nuestros estudiantes.
No quiero
alargarme demasiado, pues ya va siendo hora de ir llegando a puerto, pero
quisiera terminar con una frase:
A todos vosotros
que habéis hecho posible este viaje: ¡Muchas gracias!